estudia la naturaleza social del ser humano y la manera en que éste se desarrolla, las relaciones de género y los patrones de comportamiento.
Santiago
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Relación ser humano
La desarticulación del ser humano con la naturaleza ha producido el mayor reto que los seres vivos han de confrontar, sea su extinción y la del resto de orga...
Artículos de revisión
Relación ser humano-naturaleza: Desarrollo, adaptabilidad y posicionamiento hacia la búsqueda de bienestar subjetivo
Evelyn Rodríguez [email protected]
Universidad de Colima,, México
Ana Luz Quintanilla [email protected]
Universidad de Colima, México
Relación ser humano-naturaleza: Desarrollo, adaptabilidad y posicionamiento hacia la búsqueda de bienestar subjetivo
Avances en Investigación Agropecuaria, vol. 23, núm. 3, pp. 7-22, 2019
Universidad de Colima
Recepción: 11 Septiembre 2019
Aprobación: 16 Diciembre 2019
Resumen:
La desarticulación del ser humano con la naturaleza ha producido el mayor reto que los seres vivos han de confrontar, sea su extinción y la del resto de organismos vivos que comparten el planeta. El sistema de producción capitalista considera el desarrollo económico como la base que rige los sistemas de decisiones; generando un explosivo desarrollo industrial y un alto nivel de consumo de bienes, sin considerar efectos y soluciones. El objetivo del estudio parte de las relaciones ecosistémicas, con relación a la existencia humana, y analiza su interacción, desarrollo, adaptabilidad y posicionamiento del ser humano en la búsqueda de bienestar subjetivo. Se analiza el pensamiento filosófico de Heidegger, resiliencia y márgenes de vida. Se revisan teorías de los ecosistemas, percepción del paisaje hacia la conciencia desde la teoría de la sensación. La relación hombre-naturaleza está desarticulada y se plantea desde la teoría de bienestar subjetivo. Se analizan teorías de esta desvinculación humano-naturaleza: Darwinista, teoría de sistemas complejos y teoría de Gaia. Se discute la dimensión de la visión humana ante los impactos que mantiene contra la naturaleza y la necesidad urgente de trabajar hacia un cambio que involucre modificación de actitud individual, para posibilitar cambios en el ámbito colectivo. Es necesario y urgente replantear nueva cultura de la autosubsistencia, cambiando patrones de autodestrucción; labor compleja y posible si se consideran las bases y legados de las culturas de autosubsistencia, que en nuestro país demuestran haber conservado y restaurado los ecosistemas.
Desarticulación, relaciones, Dasein, cambio, capitalismo, ecosistemas.
Palabras clave:
Desarticulación, relaciones, Dasein, cambio, capitalismo, ecosistemas.
Abstract:
The disarticulation of the human being with nature, has produced the greatest challenge that living beings have to face, be it extinction and that of other living organisms that share the planet. The capitalist production system considers economic development as the basis that governs decision systems; generating an explosive industrial development and a high level of consumption of goods, without considering effects and solutions. The objective of the study starts from the ecosystem relations, in relation to human existence and analyzes their interaction; its development, adaptability and positioning of the human being in the search for subjective well-being. Heidegger's philosophical thinking, resilience and margins of life are analyzed. Theories of ecosystems, landscape perception towards consciousness from the theory of sensation are reviewed. The man-nature relationship is disjointed and arises from the Subjective Wellbeing Theory. Theories of this human-nature disengagement are analyzed: Darwinist, Complex Systems and Gaia theory. The dimension of the human vision is discussed before the impacts that it maintains against Nature and the urgent need to work towards a change that involves modification of individual attitude, to enable changes in the collective sphere. It is necessary and urgent to rethink a new culture of self-subsistence, changing patterns of self-destruction; complex and possible work, considering the foundations and legacies of self-subsistence cultures, which in our country demonstrate having conserved and restored ecosystems.
Keywords:
Disarticulation, relationships, Dasein, change, capitalism, ecosystems.
Introducción
El ser humano, como todo ser vivo, forma parte de la naturaleza, y su naturaleza específica consiste en la racionalidad de poseer una inteligencia y una libre voluntad de acción. Dicha naturaleza humana es universal y lo coloca en una situación privilegiada, ya que, a diferencia del resto de los seres, su comportamiento no está determinado por los instintos y necesidades naturales, sino que, gracias a su libre voluntad, puede inclusive obrar en oposición a los mismos (sacrificio de la propia vida, huelga de hambre). No obstante, en el ser humano no existe oposición entre naturaleza y libertad, ya que la libertad pertenece a su naturaleza. Se relaciona con el entorno para sobrevivir –como lo hacen el resto de las especies que comparten este planeta con los humanos–, con una particularidad: los seres humanos representan colectivamente formas culturales específicas al ejercer relaciones con el entorno, creando y recreando ambientes que propician el cumplimiento de nuestras necesidades, el desarrollo y la extensión de nuestra cultura; se construyen paisajes culturales que propiciarán a su vez un bienestar subjetivo en él mismo y en los suyos: su familia y las personas con las que se interrelaciona en su vida cotidiana.
Desde sus orígenes, los seres humanos desean siempre conocer y comprender a la naturaleza, principalmente porque de ello depende su supervivencia. El conocimiento del marco natural, así como su transformación y aprovechamiento, ha motivado e impulsado el conocimiento científico y la técnica. Gracias a la inteligencia, el ser humano ha aprendido a adaptar la realidad a sus propias necesidades, incluso cuando hoy en día prevalece la destrucción de la misma, debido a los impactos producidos por los propios humanos. El ser humano no se conformó con recolectar los frutos que la naturaleza le ha ofrecido, sino que aprendió a sembrar y a cosechar: primero manualmente, luego ayudado por animales, hasta que finalmente lo logró la agricultura industrializada, con la que dio inicio a la transformación de la vida moderna, al sustituir la energía humana por la energía animal y posteriormente por las máquinas (D’Angelo, 2002).
II. EL ENFOQUE DE GÉNERO
II. EL ENFOQUE DE GÉNERO
2.1 EL CONCEPTO DE GÉNERO
2.2 GÉNERO EN LA AGENDA INTERNACIONAL
2.3 GÉNERO Y DESARROLLO
2.4 LAS POLÍTICAS DE FOMENTO Y SUS LIMITACIONES
2.5 GÉNERO EN LA AGRICULTURA Y EL DESARROLLO RURAL: PLAN DE ACCIÓN DE LA FAO
2.1 EL CONCEPTO DE GÉNERO
El enfoque de género considera las diferentes oportunidades que tienen los hombres y las mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y los distintos papeles que socialmente se les asignan. Todas estas cuestiones influyen en el logro de las metas, las políticas y los planes de los organismos nacionales e internacionales y por lo tanto, repercuten en el proceso de desarrollo de la sociedad. Género se relaciona con todos los aspectos de la vida económica y social, cotidiana y privada de los individuos y determina características y funciones dependiendo del sexo o de la percepción que la sociedad tiene de él.
Los científicos sociales y los especialistas del desarrollo utilizan dos términos distintos para referirse a las diferencias biológicas y a aquellas construidas socialmente, éstos son y , respectivamente. Aún cuando ambos se relacionan con las diferencias entre mujeres y hombres, las nociones de género y sexo tienen connotaciones distintas.
El sexo se refiere a las características biológicas que entre otras, son comunes a todas las sociedades y culturas. Género, en cambio, se relaciona con los rasgos que han ido moldeándose a lo largo de la historia de las relaciones sociales. Las divergencias biológicas son el origen de las que se producen en materia de género, pero los modos en que se determina el papel que desempeñan mujeres y hombres van más allá de las particularidades físicas y biológicas que distinguen a cada sexo. Las diferencias en materia de género se construyen socialmente y se inculcan sobre la base de la percepción que tienen las distintas sociedades acerca de la diversidad física, los presupuestos de gustos, preferencias y capacidades entre mujeres y hombres. Es decir, mientras las disimilitudes en materia de sexo son inmutables, las de género varían según las culturas y cambian a través del tiempo para responder a las transformaciones de la sociedad.
Las relaciones de género derivan de los modos en que las culturas asignan las funciones y responsabilidades distintas a la mujer y al hombre. Ello a la vez determina diversas formas de acceder a los recursos materiales como tierra y crédito, o no materiales como el poder político. Sus implicaciones en la vida cotidiana son múltiples y se manifiestan por ejemplo, en la división del trabajo doméstico y extra-doméstico, en las responsabilidades familiares, en el campo de la educación, en las oportunidades de promoción profesional, en las instancias ejecutivas, etc.
2.2 GÉNERO EN LA AGENDA INTERNACIONAL
Durante los últimos años, los gobiernos y los organismos internacionales han subrayado la importancia de dar prioridad a la problemática de género en la planificación de políticas y estrategias de desarrollo. De esta forma, las últimas Conferencias Mundiales han definido objetivos y mecanismos específicos en las áreas de desarrollo sostenible y cooperación internacional y han establecido metas y tácticas para asegurar la igualdad entre hombres y mujeres en materia de distribución de recursos y acceso a las oportunidades de la vida económica y social. Igualmente, se ha llegado a un consenso acerca del vínculo fundamental existente entre la temática de género y el desarrollo sostenible.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992 abordó explícitamente aspectos relativos al género en la Agenda 21, Plataforma de la Cumbre de la Tierra para futuras acciones. También en la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, Viena, 1993, se lograron importantes adelantos en el reconocimiento de los derechos de la mujer. Se reafirmó el principio que los derechos de las mujeres y las niñas son parte integral, inalienable e indivisible de los derechos humanos universales. Este principio fue asimismo uno de los objetivos básicos de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo en 1994. La temática relativa género se colocó en el centro del debate y la Conferencia reconoció la importancia de fortalecer el poder de la mujer para alcanzar el desarrollo. A este propósito se declaró que "el objetivo es promover la igualdad de género y alentar -y permitir- que los hombres asuman sus responsabilidades respecto a su comportamiento sexual y reproductivo, así como en sus funciones sociales y familiares".
En la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague en 1995, la problemática relativa al género fue el eje de todas las estrategias para lograr el desarrollo social, económico y la conservación del medio ambiente. Por último, La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en 1995 en Beijing, reforzó estos nuevos enfoques y estableció una agenda que tuvo por objetivo fortalecer la posición de la mujer. Allí se adoptó la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing en materia de eliminación de todos los obstáculos para lograr la igualdad entre mujeres y hombres y asegurar la participación activa de la mujer en todas las esferas de la vida. En la conferencia se instó a los gobiernos, a la comunidad internacional y a la sociedad civil, incluyendo a las organizaciones no gubernamentales (las ONG) y al sector privado a participar en las soluciones a las siguientes problemáticas críticas[3]:
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