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    estan relacionados con la forma, composición y estructura del sustrato ; por ejemplo textura, las rocas, capacidad de retención del agua

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    La estructura del sustrato influye en la capacidad de retención de agua

    Una planta de alta calidad comienza con una plántula o un esqueje saludable y fuerte. A menudo, los productores se preguntan qué sustrato elegir para la siembra de semillas o enraizar esquejes.

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    La estructura del sustrato influye en la capacidad de retención de agua

    Jueves, 15 de septiembre de 2022 | Jose Chen Lopez

    Una planta de alta calidad comienza con una plántula o un esqueje saludable y fuerte. A menudo, los productores se preguntan qué sustrato elegir para la siembra de semillas o enraizar esquejes. Elegir el sustrato correcto depende no solo de sus propiedades físicas, sino también del tipo de plantas que se cultivarán, del ambiente de cultivo y de la disponibilidad del sustrato.

    El sustrato está compuesto de una gran cantidad de partículas. La distribución del tamaño de las partículas define la textura del sustrato. Los componentes como turba, perlita, vermiculita, corteza, coco en trozos, fibra de madera, arena, etc., tienen partículas de diferentes formas (granular, en bloque, prismática, laminada o maciza) y el tamaño puede ser grueso, medio o fino. El tamaño de las partículas depende de la naturaleza de cada componente. La estructura de un sustrato está determinada por la forma en que las partículas están organizadas en el sustrato.

    Terminología 

    Capacidad de retención de agua: Volumen de agua retenido por un sustrato después de ser saturado y que haya drenado toda el agua por medio de la gravedad.

    Capacidad de retención de agua disponible: Porción de agua que conforma la capacidad de retención de agua y que está disponible para las raíces de las plantas.

    Capacidad de retención de agua no disponible: Porción de agua que conforma la capacidad de retención de agua y que no está disponible para las raíces de las plantas.

    Aireación: Volumen de aire en un sustrato saturado después de ser saturado y que haya drenado toda el agua por medio de la gravedad.

    Cuando se mezcla un sustrato, las distintas partículas se distribuyen de diferentes maneras y dejan huecos que se pueden clasificar como macroporos o microporos. Los macroporos son poros grandes formados entre grandes partículas que liberan agua fácilmente, lo que reduce la capacidad de retención de agua y funciona como un almacén de aire para la respiración de las raíces.

    Los microporos son pequeños poros formados entre partículas pequeñas, las fuerzas de adhesión y cohesión del agua permiten que esta permanezca en los microporos, lo que contribuye a la capacidad de retención de agua disponible y no disponible del sustrato (consulte la tabla de terminología para conocer el significado de estos términos). Los microporos funcionan como un depósito de agua y nutrientes para cuando la planta los necesite. Un sustrato con partículas de tamaño fino suele retener más agua que uno con partículas gruesas.

    Sustratos de plantas jóvenes

    Para la germinación de semillas o la producción de esquejes, es importante usar un sustrato con partículas finas que sea de una gran capacidad de retención de agua, no solo porque el agua es necesaria para la germinación de las semillas o la formación de raíces en los esquejes, sino también porque a menudo se cultivan en celdas con un volumen bajo de sustrato. Los sustratos con partículas más finas tienen una menor aireación, pero, dentro de la categoría de sustratos de germinación y propagación, la capacidad de retención de agua y la aireación pueden variar.

    Trasplante de sustratos

    Una vez que los almácigos o plántulas alcanzan el tamaño suficiente, se trasplantan a recipientes más grandes. Algunos cultivos pueden estar en estos recipientes grandes durante varios meses, mucho más tiempo que en la etapa de almácigo o plántula. Por lo tanto, es importante que la estructura y la estabilidad del sustrato cambien poco durante el ciclo de este cultivo, lo que podría afectar la capacidad de retención de agua y la aireación.

    Figura 1. La Nochebuena blanca en primer plano tiene una enfermedad de las raíces debido a que la estructura del sustrato cambió con el tiempo, lo que aumentó la capacidad de retención de agua y redujo la aireación. Fuente: Premier Tech

    Tomemos como ejemplo un cultivo de Nochebuena. Este cultivo de largo plazo suele presentar enfermedades de las raíces cerca del término del ciclo del cultivo, ya que la estructura de algunos sustratos pudo haber cambiado perjudicialmente (Figura 1). Sin importar la temporada, el cultivo y el tipo de plantas, la estructura y la estabilidad del sustrato están comprometidas por la pérdida de la aeración y el aumento de la capacidad de retención de agua. Esto se debe a los riegos frecuentes (las gotas que golpean la superficie del sustrato pueden provocar compactación - Figura 2), a la saturación del sustrato (es decir, que no se seca con rapidez), a la lenta absorción de agua por parte de las raíces y al crecimiento lento de las raíces (ambos debido a la disminución de la aeración y al aumento de la capacidad de retención de agua no disponible y posiblemente disponible). Además, la degradación natural biológica o química de los componentes del sustrato crea partículas finas.

    fuente : www.pthorticulture.com

    Suelo

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    Suelo

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    Para otros usos de este término, véase Suelo (desambiguación).

    Esquema del suelo:

    O - Materia orgánica

    A - Suelo B - Subsuelo

    C - Material parental

    Se denomina suelo a la parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente activa, que proviene de la desintegración o alteración física o química de las rocas y de los residuos de las actividades de seres vivos que se asientan sobre él.1​

    Son muchos los procesos que pueden contribuir a crear un suelo particular, algunos de estos son: la deposición eólica, sedimentación en cursos de agua, meteorización, y deposición de material orgánico.

    De un modo simplificado puede decirse que las etapas implicadas en la formación del suelo son las siguientes:

    «Instalación de los seres vivos (microorganismos, líquenes, musgos, etc.) sobre ese sustrato inorgánico». Esta es la fase más significativa, ya que con sus procesos vitales y metabólicos, continúan la meteorización de los minerales, iniciada por mecanismos inorgánicos. Además, los restos vegetales y animales a través de la fermentación y la putrefacción enriquecen ese sustrato.

    «Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire intersticiales». Inicialmente, se da la alteración de factores físicos y químicos de las rocas, realizada, fundamentalmente, por la acción geológica del agua y otros agentes geológicos externos, y posteriormente por la influencia de los seres vivos, que es fundamental en este proceso de formación. Se desarrolla así una estructura en niveles superpuestos, conocida como el perfil de un suelo, y una composición química y biológica definida. Las características locales de los sistemas implicados —litología y relieve, clima y biota— y sus interacciones dan lugar a los diferentes tipos de suelo.

    Los procesos de alteración mecánica y meteorización química de las rocas, determinan de cierta forma la creación de un manto de alteración o eluvión que cuando, por la acción de los mecanismos de transporte de laderas, es desplazado de su posición de origen, se denomina coluvión.

    Sobre los materiales del coluvión puede desarrollarse lo que comúnmente se conoce como suelo; el suelo es el resultado de la dinámica física, química y biológica de los materiales alterados del coluvión, originándose en su seno una diferenciación vertical en niveles horizontales u horizontes. En estos procesos, los de carácter biológico y bioquímico llegan a adquirir una gran importancia, ya sea por la descomposición de los productos vegetales y su metabolismo, por los microorganismos y los animales zapadores.

    El conjunto de disciplinas que se abocan al estudio del suelo se engloban en el conjunto denominado , aunque entre ellas predomina la edafología e incluso se usa el adjetivo edáfico para todo lo relativo al suelo. El estudio del suelo implica el análisis de su mineralogía, su física, su química y su biología.

    Índice

    1 Tipos de suelos 1.1 Por estructura

    1.2 Por características físicas

    1.3 Clasificación de los suelos

    2 El suelo como sistema ecológico

    3 Fertilidad del suelo

    4 Suelo orgánico

    5 Formación del suelo

    6 Destrucción de los suelos

    7 La tala de bosques y la erosión

    8 Conservación 9 Composición 9.1 Sólidos 9.2 Líquidos 9.3 Gases

    10 Estructura del suelo

    10.1 Horizontes

    11 Textura del suelo

    12 Color

    13 Clasificación de los suelos

    14 Suelo vegetal

    15 Importancia del suelo

    16 Año Internacional de los Suelos

    17 Véase también 18 Referencias 19 Bibliografía 19.1 En inglés 19.2 En francés 19.3 En italiano 19.4 En portugués 20 Enlaces externos

    Tipos de suelos[editar]

    Existen dos clasificaciones , una según su estructura y otra de acuerdo a sus formas físicas.

    Por estructura[editar]

    Suelos arenosos: No retienen el agua, tienen muy poca materia orgánica y no son aptos para la agricultura.

    Suelos calizos: Tienen abundancia de sales calcáreas, son de color blanco o pardo y, en lugares secos y áridos, no son buenos para la agricultura.

    Suelos humíferos (tierra negra): Tienen abundante materia orgánica en descomposición, de color oscuro, retienen bien el agua y son excelentes para el cultivo.

    Suelos arcillosos: Están formados por granos finos de color amarillento o rojizo y retienen el agua formando charcos. Si se mezclan con el humus, que es la sustancia compuesta por ciertos productos orgánicos, pueden ser buenos para cultivar.

    Suelos pedregosos: Formados por rocas de todos los tamaños, no retienen el agua y no son buenos para el cultivo.

    Suelos mixtos: Tiene características intermedias entre los suelos arenosos y los suelos arcillosos mezclados.

    Por características físicas[editar]

    Litosoles: Se consideran un tipo de suelo que aparece en escarpas y afloramientos rocosos, su espesor es menor a 10 cm y sostienen una vegetación baja. Se conocen también como leptosoles, palabra que viene del griego leptos, que significa "delgado".

    Cambisoles: Son suelos jóvenes con proceso inicial de acumulación de arcilla. Se divide en vértigos, gleycos, eutrícos y crómicos.

    fuente : es.wikipedia.org

    CAPÍTULO 5: MEDIOS Y TÉCNICAS DE PRODUCCIÓN

    CAPÍTULO 5: MEDIOS Y TÉCNICAS DE PRODUCCIÓN

    CAPÍTULO 5: MEDIOS Y TÉCNICAS DE PRODUCCIÓN 5.1 Suelo y sustratos

    Este tema contiene dos aspectos diferentes:

    - El primero trata del suelo natural que, a diferencia de lo que ocurre en Europa central y del norte, en el área mediterránea se usa mayoritariamente en los cultivos protegidos, dado que satisface las necesidades de éstos en los invernaderos de plástico, teniendo en cuenta las condiciones de clima, las características del suelo, los sistemas de cultivo poco tecnificados, el valor económico de los productos, el nivel tecnológico, las necesidades de los cultivos, etc.

    - El segundo trata de las posibilidades de empleo de sustratos más o menos inertes, que ya se usan ampliamente en el norte de Europa, con el propósito de evitar las limitaciones del suelo natural para el cultivo hortícola. Para ello se han desarrollado técnicas de cultivo sin suelo y cultivo hidropónico o aeropónico.

    Este tipo de técnicas se muestran particularmente útiles para el cultivo de ciertas especies exigentes y por ello es interesante tenerlas en cuenta para mejorar el cultivo protegido en el área mediterránea.

    El problema de la disponibilidad de sustratos puede llegar a hacerse importante, dado que por una parte la mayor parte de las regiones mediterráneas no posee recursos de sustratos orgánicos de buena calidad y por otra, algunos de los materiales importados son caros y no satisfacen completamente a los usuarios.

    5.1.1 Suelos naturales

    Los suelos naturales (véase 5.2.2) se encuentran disponibles ampliamente en las regiones mediterráneas, pero no es frecuente que cumplan las mejores condiciones para el cultivo protegido.

    Por lo tanto, es necesario tratar a cada suelo de modo específico, con el fin de conseguir que las altas exigencias de este tipo de cultivos sean satisfechas. Este objetivo se alcanza con mayor facilidad en terrenos con contenidos de 50-60% de arena, 12-20% de limo, 10-15% de arcilla y 6-8% de materia orgánica.

    En suelos que poseen una textura equilibrada, se encuentran condiciones favorables de características hídricas y físicas (véase Tabla 14).

    Tabla 14. Características hídricas y físicas de algunos suelos (según ANSTETT, 1979).

    Suelo Densidad aparente Capacidad de campo Humedad disponible

    Valores (mm) de parámetros hídricos para un suelo de 500 mm de profundidads

    g/cm3 % peso % vol capacidad campo punto marchitez humedad disponible arena 1,35 10 13,5 11 67,5 12,5 55 arenolimoso 1,30 16 21 18 105 15 90 limoarenoso 1,25 20 26 21,5 130 27,5 107,5 limo 1,20 29 35 24,5 175 52,5 122,5 arcillolimoso 1,15 33 38 22,5 190 77,5 112,5 arcilla 1,10 38 42 22 210 100 110 turba 1 70 70 40 350 150 200

    La mayor parte del área de cultivo protegido mediterráneo, se practica a lo largo de la zona costera, donde es más frecuente encontrar suelos de textura arenosa que suelos pesados. Las deficiencias físicas de estos suelos son por lo tanto su alta permeabilidad y su baja capacidad de retención del agua y de intercambio catiónico, a menudo inferior a 10 meq/100 g.

    Asimismo se encuentran altos niveles de alcalinidad o de salinidad y bajo contenido de materia orgánica inferior al 1% y de nutrientes.

    Sin embargo los suelos arenosos presentan ciertas ventajas, ya que se calientan con rapidez, son fáciles de trabajar, no interfieren mucho en las relaciones raíz-agua-suelo, nunca acumulan exceso de humedad y pueden resultar más sanos frente a algunas enfermedades.

    En el cultivo protegido no es suficiente la práctica de las técnicas agronómicas más corrientes; el suelo necesita una preparación y un manejo especiales; por ejemplo:

    - enriquecimiento con materia orgánica para mejorar la textura y otras características relacionadas con ella;

    - regulación de las condiciones de nutrición, alcalinidad y salinidad;

    - regulación de las condiciones biológicas para limitar la aparición de plagas y enfermedades en el suelo.

    Es muy difícil aumentar el contenido de materia orgánica del terreno en las regiones del Mediterráneo, debido a la escasez y alto precio del estiércol, a la rápida mineralización del humus a alta temperatura y a las modificaciones que ello produce en el suelo.

    La turba podría ser un material útil tanto en suelos pesados como arenosos (Tabla 15), pero su precio excesivo impide considerarlo como alternativa. Además su empleo como enmienda en el suelo produce otros problemas, tales como un aumento de la relación C/N, una elevación de la porosidad en suelo arenoso y una eventual deshidratación difícil de superar a posteriori.

    Tabla 15. Efectos de la adición de turba a un suelo franco-limoso sobre sus propiedades físicas e hídricas (según HANAN et al., 1978).

    proporción suelo:turba

    densidad aparente g/cm3

    porosidad total % vol

    aire % vol

    capacidad hí- drica % vol*

    percolación cm/h 10:0 1,15 57 13,1 43,9 4,1 9:1 1,05 60,7 17 43,7 4,6 7:3 0,93 64,9 23,9 41

    fuente : www.fao.org

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    Santiago 21 day ago
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