conjunto de ideas, sentimientos y actitudes que la persona tiene sobre sí mismo. no es permanente, cambia de una situación determinada y/o de una etapa de la vida a otra.
Santiago
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Personalidad
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Para otros usos de este término, véase personalidad (desambiguación).
Para «personalidad» en el sentido de persona destacada en la sociedad, véase alto cargo.
La personalidad es un constructo psicológico. Se refiere al conjunto de las características psíquicas de una persona que determinan su manera de actuar ante circunstancias particulares. El concepto engloba el patrón de comportamientos, actitudes, pensamientos, sentimientos y repertorio conductual que caracteriza a una persona. Tiene una cierta persistencia y estabilidad a lo largo de su vida, de tal modo que las manifestaciones de ese patrón en las diferentes situaciones poseen algún grado de predictibilidad.
Índice
1 Historia del concepto
2 Definición de la personalidad
3 Teorías de la personalidad
3.1 Teoría conductual de la personalidad
3.2 Teoría psicodinámica de la personalidad[6]
3.3 Teoría de enfoques cognitivos-sociales de la personalidad Bandura
3.4 Teoría integradora de la personalidad
3.4.1 Modelo de los Cinco Grandes
3.4.2 Modelo de los Siete Factores
3.5 Definiciones aditivas e integradoras
3.6 Definiciones jerárquicas
3.7 Definiciones de ajuste al medio
3.8 Otras definiciones
4 Estudios
5 Un modelo de factores primarios
6 Un modelo de tipos
7 La entrevista estructural de Otto Kernberg
8 Influencias del ambiente en la personalidad
9 Véase también 10 Referencias 11 Bibliografía 12 Enlaces externos
Historia del concepto[editar]
El concepto de «personalidad» proviene del término «persona», denominación que se utilizaba en el latín clásico para la máscara que portaban los actores de teatro en la antigüedad. Sin embargo, ya en ese entonces se hablaba en un sentido amplio y figurado de «personas» para referirse a los roles, es decir a «como quién» o «representando a quién» actuaba un determinado actor teatral tras su máscara.1 El concepto paulatinamente se transfirió a otras esferas de la sociedad, más allá del teatro, pero en la Roma antigua, «personas» eran solamente los ciudadanos, jurídicamente provistos de derechos (en contraste con los esclavos que no eran considerados personas, puesto que no podían decidir sobre su propio actuar, ni menos aún deliberar sobre el de los demás). El concepto estaba inicialmente muy restringido a aquellos ciudadanos poderosos, que gozaban de honra, prestigio y, en respeto a su dignidad, eran los únicos poseedores de derechos ciudadanos.
Con la llegada de la Era Cristiana, el concepto de persona cambia de significado para poder significar el dogma de la Santísima Trinidad (Dios es uno sólo en cuanto a la naturaleza, pero trino en personas) y el dogma de la Encarnación (la segunda Persona de la Trinidad asumió una naturaleza humana sin dejar de tener una naturaleza divina). Esta unión se realiza "en la persona". Así, persona pasa a significar, según la definición clásica del filósofo cristiano Boecio a la , y según Tomás de Aquino al "subsistente distinto en naturaleza intelectual". Se diferencia a la naturaleza, que significa una esencia común a muchos (por ejemplo, "hombre") de la persona que designa al individuo de esa naturaleza en lo que tiene de propiamente individual. Este es el concepto de persona que ha pasado con algunas modificaciones a veces, hasta nuestros días, y que fundamenta que todo individuo de naturaleza humana es persona, independientemente de sus circunstancias biográficas, genéticas, sociales o económicas, y es un individuo dotado de una especial dignidad. En los filósofos escolásticos, la palabra personalidad ("personalitas") se utilizaba para designar aquella perfección poseyendo la cual un determinado individuo es persona.
En el transcurso de los siglos, el concepto de «persona» se fue transformando gradualmente en uno más general hasta llegar utilizarse en el sentido coloquial actual, es decir, prácticamente como sinónimo de «ser humano». En el contexto de este desarrollo conceptual, la aparición del adjetivo «personal» facilitó el desarrollo del sustantivo «personalidad», utilizado para designar la totalidad de características «personales» que interactúan dinámicamente entre sí para producir aquel estilo relativamente estable de desenvolverse individual y socialmente que un individuo posee.2No debe confundirse el concepto de con el de . Mientras que el primero designa al individuo en su totalidad, el segundo designa un aspecto suyo, el conjunto organizado de sus disposiciones a la operación.3
Definición de la personalidad[editar]
Al tratarse de un concepto básico dentro de la psicología, a lo largo de la historia ha recibido numerosas definiciones, además de las conceptualizaciones más o menos intuitivas que ha recibido. Algunos autores han organizado y clasificado estas definiciones en grupos.4
La definición de personalidad puede variar dependiendo de la teoría, de una manera sencilla, se trata de la forma de pensar, sentir, comportarse que tiene cada persona y es relativamente estable en el tiempo, es decir, nos permite predecir las acciones de una persona ante ciertas situaciones.
Una de estas teorías, la teoría conductual, considera que la personalidad es igual a la conducta, es decir no solo hablamos de comportamiento observable si no también de cognición. Otra teoría, como la sistemática, dice que la personalidad se establece mediante nuestras relaciones con la familia.
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